El yodo, que el organismo obtiene del yoduro, es necesario para producir las hormonas tiroideas que son precisas para el desarrollo del cerebro de los niños antes y después del nacimiento. Actualmente, la Asociación Americana de Tiroides considera que es necesaria una dosis mínima de 290 microgramos de yoduro al día tras haberse comprobado que el yodo favorece el desarrollo cerebral del feto durante toda la gestación. Así lo ha publicado la Academia Americana de Pediatría en la revista Pediatrics.
Un reciente estudio ha mostrado que hasta un tercio de las embarazadas presentan deficiencias de yodo. El consumo de yoduro durante el embarazo y la lactancia debe ser de entre 290 y 1.100 microgramos al día. La mayoría de las mujeres embarazadas necesitaría tomar un suplemento de 150 microgramos de yoduro al día para llegar a ese nivel recomendado, ya que, además, muchas no usan sal yodada para las comidas.
Por otra parte, las mujeres embarazadas o lactantes deben evitar el nitrato, presente en muchas aguas subterráneas, y el tiocianato, que normalmente se encuentra en el humo del tabaco y algunas verduras, como el brócoli, la coliflor y la col, ya que ambos productos químicos pueden alterar la capacidad de procesar el yodo.