Los enemigos de la dieta de adelgazamiento: Cómo vencerlos

Cuando uno se propone perder peso, hay muchos obstáculos que superar. Por todas partes oímos que es la epidemia de este siglo, que aumenta el riesgo de un número nada despreciable de cánceres, que predispone a un sinfín de patologías, por no hablar del componente estético y de la autoestima. Todas estas razones poderosas están ahí en un runrún permanente. Pero por otro lado, si fuera tan sencillo eliminar esos kilos, es evidente que no habría tantas personas con ese problema. Vamos a analizar las dificultades más habituales y cómo intentar salvarlas.

1.-En este momento no me encuentro con fuerzas

Como humanos que somos, no siempre tenemos la voluntad férrea para poder mantener durante un periodo más o menos prolongado la disciplina que implica el seguir unas pautas dietéticas con rigor.

Hay dos elementos que hay que valorar:

  • El primero es que, afortunadamente, ya contamos con algunos medicamentos que pueden ayudar a bajar de peso y a comer menos; lo cual no es una herramienta baladí. Naturalmente, siempre con la indicación y supervisión de un médico, ya que cualquier fármaco tiene sus contraindicaciones e interacciones con otros medicamentos. Lo que es útil para otra persona no tiene por qué ser igual para mí.
  • El segundo es que, por poco que sea el peso que consigamos bajar, el beneficio para nuestra salud es incuestionable. Multitud de estudios lo demuestran. Esta debe ser una razón poderosa para intentarlo, aunque no se consiga llegar a la meta ideal: es mejor bajar un poco de peso que nada.

2.-La jornada laboral

En esta sociedad que nos ha tocado vivir, cada vez es más habitual disponer entre semana de poco tiempo para dedicarlo a otras cosas que no sea trabajar o descansar, lo cual supone un hándicap importante para el tema que nos ocupa. Llevar a cabo una dieta de adelgazamiento equilibrada implica tener que abastecerse de los alimentos necesarios, preparar los platos (por sencillos que éstos sean) y, si se come en un restaurante o con un catering de empresa, estar ojo avizor constantemente para saber qué platos elegir y no sucumbir a las otras ofertas, que seguramente, serán mucho más apetecibles.

Para vencer esta importante dificultad, habrá que emplear todos los recursos que estén al alcance de nuestra mano:

  • Procuraremos realizar la compra el fin de semana, de forma que tengamos los ingredientes necesarios para elaborar nuestra dieta a lo largo de la semana.
  • Podemos recurrir, si es posible, a algún familiar o persona que nos facilite la elaboración de los platos en caso de que veamos que nos suponen mucho trabajo o que nos cuesta demasiado cocinar.
  • Debemos intentar que el menú familiar sea único, ampliando para el resto de la familia lo que convenga.
  • Cuando tengamos que comer en restaurante, es fundamental que no bajemos la guardia y nos ciñamos a las recomendaciones que nos hayan pautado para seguir el régimen de adelgazamiento.

Si vamos viendo resultados, supondrá un refuerzo muy positivo para mantener el esfuerzo, lo que ayuda a no desalentarse y perseverar.

3.-El bombardeo de información engañosa

Cada vez es más frecuente recibir información viral engañosa. Cuando mis pacientes me preguntan por tal o cual información que han recibido, mi consejo siempre es el mismo: contrastar la fuente. Hay que corroborar que dicha noticia está avalada por las sociedades científicas reconocidas a nivel internacional y que no procede del último iluminado de turno, o de las afirmaciones de determinado personaje público, ya sea actor, actriz o de la prensa amarilla. Dietas como la cetogénica (Dukan), la del ayuno, la dieta “Detox” y un sinfín más causaron –y causan- furor entre muchas celebrities, pero ha quedado más que demostrado el peligro de las mismas y las alteraciones que ocasionan.

Una dieta, además de ayudar a perder y mantener después el peso, tiene que servir para tener el organismo en condiciones óptimas, cubrir todos los requerimientos esenciales; pero también debe adaptarse a mí y mis circunstancias. ¿De qué me sirve hacer la dieta de la alcachofa, de la piña…, si pierdo unos kilos y cuando termino los recupero y aún más? Se trata de ir modificando el tipo y cantidades de alimentos hasta que demos con los que sean idóneos en nuestro caso, pero siempre siguiendo un patrón equilibrado y variado (esto último, cuanto mayor, mejor).

4.-La Ansiedad                                                          

Éste es uno de los mayores enemigos a la hora de empezar una dieta. Si ya es un estado permanente de ánimo, habrá que tratarla con un especialista. Pero cuando se trata de momentos puntuales, la reacción más frecuente es comer de modo más o menos compulsivo para mitigarla. Tiene su explicación fisiológica, y es que, al comer aumenta el nivel de Serotonina en el cerebro, ayudando a calmar la ansiedad.

¿Cómo modificar esa reacción instintiva? Una de las herramientas más eficaces es el ejercicio. Sabemos que el ejercicio físico genera una liberación de endorfinas, que también tienen un efecto apaciguador en momentos de estrés. Soy consciente de que no siempre es posible llevarlo a cabo por falta de tiempo, pero es importante que asumamos que el modo de vida actual exige que tomemos medidas para mantenernos en equilibrio físico y mental. Hemos de incorporar a nuestra semana periodos de actividad física, y si para ello hay que programárselo, habrá que hacerlo. Podemos empezar por no coger el ascensor y usar más las escaleras, tratar de caminar en vez de coger el coche si vamos a realizar algún trayecto corto… Son pequeños trucos que, si incluimos dentro de nuestra jornada, pueden ayudarnos a realizar algo de ejercicio. Analiza tu rutina y busca esos huecos susceptibles de transformarse en deporte y conviértelos en hábito.

 

Próximamente publicaremos más consejos para lograr seguir una dieta equilibrada.

 

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