Parece ser que lo que daña nuestra salud de la comida rápida es tanto el contenido como el continente. Según un estudio de Silent Spring Institute en Denver (Estados Unidos), los envases a prueba de grasa que utilizan en este tipo de establecimientos para envolver hamburguesas o patatas fritas también son nocivos pues pueden contener productos químicos fluorados que pueden filtrarse en los alimentos.
Para llegar a esta conclusión, en este estudio se analizaron 400 muestras de envoltorios de papel, cartón y recipientes de bebidas de 27 cadenas de comida rápida de EEUU, con el objetivo de evaluar la presencia de sustancias poliinsaturadas y perfluoroalquiladas, así como de compuestos perfluorados. El resultado fue que casi la mitad de los envoltorios de papel y el 20% de los envases de cartón contienen flúor.
La investigadora Laurel Schaider advierte de que «estos productos químicos se han relacionado con numerosos problemas de salud, por lo que es preocupante que las personas estén potencialmente expuestas a ellos en los alimentos», e insiste en que «los niños están especialmente en riesgo de efectos sobre la salud debido a que sus cuerpos en desarrollo son más vulnerables a los productos químicos tóxicos»