En Dieta Luzón somos firmes defensores de la Dieta Mediterránea, y cada vez más estudios nos demuestran por qué. El último lo ha realizado Mayo Clinic of Aging y señala que aquellas personas con mayor adherencia a la dieta mediterránea tienen un espesor cortical mayor en frontales, parietales y occipitales que las personas que menos seguían estos patrones alimenticios.
Se analizó a 672 participantes de avanzada edad y se vio que los que consumen más pescado o legumbres tienen mayor grosor cortical, frente a los que ingerían grandes cantidades de carbohidratos y azúcar.
«Nuestro estudio muestra el impacto de la dieta en los cambios estructurales del cerebro que subyacen en el síndrome de demencia», comenta el autor principal de la investigación Rosebud O. Roberts, profesor de epidemiología y neurología de la Clínica Mayo.
“Los resultados pueden ayudar a que la gente vea que tienen un papel que desempeñar en la reducción del riesgo de demencia si tienen en cuenta sus hábitos alimenticios”.
Y añade que se ha demostrado que los malos hábitos alimenticios pueden ser causa de enfermedades cardiovasculares y cáncer en la mediana edad y el deterioro cognitivo y la demencia en la vejez.
Otro trabajo, realizado por la Universidad de Swinburne, en Melbourne (Australia), analizó 18 estudios para demostrar que la alta adherencia a la Dieta Mediterránea estaba asociada a una mejor atención, memoria y lenguaje y una ralentización del deterioro cognitivo.
El autor de esta investigación, Roy J. Hardman, sentencia sus resultados en esta frase: “La dieta mediterránea es un ejemplo de una alimentación saludable que puede promover un envejecimiento cerebral saludable”. Y, además, apunta un dato importante: los efectos son significativos incluso cuando se utilizan diferentes herramientas de medición, e independientemente de la población y país donde se estudie.