Puede parecer que, para refrescarse o incluso para hidratarse, es una buena opción un refresco light. El último estudio sobre la materia (ya van unos cuantos) lo hemos localizado en la web de la Fundación Alimentación Saludable demuestra que podría no ser tan buena idea como crees. La investigación la ha realizado el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, y ha tenido como foco a las personas mayores de 65 años, un grupo de edad que, según los propios científicos, resulta de gran interés “debido a la elevada prevalencia y riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico en general”.
Los resultados del estudio fueron claros, y los leemos en la web de la Fundación: “la cintura de las personas que consumían refrescos light triplicaba en circunferencia la de las personas que no consumían este tipo de refrescos”. Durante el tiempo que se hizo seguimiento de estas personas, aquellos que no consumían refrescos light aumentaron de media 0,77 cm el perímetro de su cintura, los que lo consumían de vez en cuando 1,76 cm y los que los consumían a diario 3,04 centímetros.
Visto esto, la pregunta es clara: ¿cuál es la forma más sana de hidratarse? La respuesta es la que ya sabes: agua.