Ya hemos comentado las ventajas del consumo de omega-3 dentro de una dieta equilibrada. Un nuevo estudio, realizado por expertos de University of Nottingham y el King’s College London, refuerza esta idea. El consumo de omega-3, si se suma a una dieta saludable (con fibra y probióticos) puede provocar la mejora de la diversidad de la microbioma intestinal.

Para llegar a esta conclusión, se trabajó con 876 mujeres adultas y ancianas, a las que se pidió que consumieran ácidos grasos omega-3. Comprobaron que las que tenían más omega-3 tenían una microbiota más diversa en el intestino, y este factor está directamente relacionado con un riesgo menor de diabetes, obesidad y otras enfermedades intestinales como la de Crohn.

La investigadora Ana Valdés señala que «nuestro estudio es el más grande hasta la fecha para examinar la relación entre los ácidos grasos omega-3 y la composición del microbiota intestinal. Esta cohorte de mujeres voluntarias se había utilizado previamente para investigar la contribución genética humana a la microbioma intestinal en relación con el aumento de peso y la enfermedad. Examinamos su ingesta de ácidos grasos omega-3 usando cuestionarios de frecuencia alimentaria y encontramos que estos datos, junto con sus niveles séricos de omega-3, estaban fuertemente asociados con la diversidad y el número de especies de bacterias sanas en el intestino». 

Otro hallazgo de este estudio es que altos niveles de omega-3 guardaban relación con altos niveles de N-carbamilglutamato, un compuesto que se ha demostrado que reduce el estrés oxidativo en el intestino.