Tan sólo dos semanas después de cambiar la alimentación, el riesgo de padecer cáncer de colon disminuye. Eso es lo que se desprende de un estudio que han realizado científicos del Imperial College de Londres y la Universidad de Pittsburgh (Pensilvania) y que ha publicado Nature Communications y Univadis. Ya era de conocimiento general que la alimentación influye en el riesgo de cáncer de colon, ahora se ha confirmado.
En este estudio se analizó la dieta de dos grupos de 20 personas: el primer grupo de 20 afroamericanos basó su dieta en mucha fibra y pocas grasas y proteínas; el segundo grupo de 20 personas de zonas rurales de Sudáfrica se alimentó a base de muchas proteínas y grasas (dieta occidental).
El resultado fue bastante claro: las personas que habían cambiado su alimentación a un modo occidental pasó de no tener pólipos (que pueden derivar en cáncer) a presentar factores indicativos de riesgo de cáncer. En el otro grupo también hubo un cambio, pero en un sentido distinto: los resultado mostraron un descenso importante en los niveles de inflamación y una disminución de los biomarcadores del riesgo de cáncer.
Una prueba más de que la alimentación influye en todos los aspectos de nuestra vida, pero especialmente en lo más importante: en la salud.