Un estudio realizado en la Universidad de Loma Linda en California (Estados Unidos) muestra que las personas que comen frutos secos, como almendras o nueces, pueden ser hasta un 46% menos propensas a padecer obesidad que aquellas que no lo hacen.
Además, las personas que comen más frutos secos son también menos propensas a padecer síndrome metabólico, que está vinculado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca y diabetes.
Los frutos secos son ricos en grasas insaturadas y su alto contenido en proteínas también puede conducir a la gente a sentirse más llena y a comer menos alimentos poco saludables.
Los frutos secos en cantidades razonables son, por tanto, una excelente opción.
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Ciertamente, no tienen nada de grasas!
Claro que tienen grasas (de muy buena calidad). Lo que dice el estudio es que las personas que los consumen son un 46% menos propensas a padecer obesidad, posiblemente porque experimentan un nivel de saciedad que les evita tomar otros productos menos saludables.