Decir cocina valenciana es decir cocina levantina y es pensar, en primer lugar, en el arroz en sus múltiples y variadas formas. Ya hemos comentado que un plato de arroz, para que no entrañe peligro en lo que al equilibrio nutricional y a las calorías se refiere, debe ir acompañado de verduras y estar cocinado con poco aceite. La primera premisa es fácil de cumplir, pero la segunda es más complicada de alcanzar en restaurantes y arrocerías. Por ello, mi consejo es tomar una cantidad discreta de arroz con todas sus verduras y tropezones y completar la comida con una buena ensalada aliñada por uno mismo con poco aceite.
La huerta y la costa levantinas nos ofrecen una variedad ilimitada de manjares y productos de calidad y propiedades excepcionales y su cocina, basada en la tradición popular, sabia y natural, es ideal para adoptar una dieta saludable y equilibrada. Pescados y mariscos, junto con verduras y hortalizas, cocidos y a la plancha o a la parrilla, son excelentes opciones para comer con salud y placer en un restaurante de «cocina valenciana».
He aquí algunos platos de buen ejemplo:
• Ensalada cruda de alcachofas, habas y berros
• Tomates de Mutxamiel con salazón y olivas
• Parrillada de verduras
• Queso fresco de cabra con tomate asado
• Olleta de trigo y verduras
• Dorada a la sal
• Dentón al horno con tomates secos y hierbas aromáticas
• Sepionets salteados con ajos tiernos
• Lomitos de salmonetes con frutos del mar y la huerta
• Estofado de setas y verduras con dados de rape a la plancha
• Tortilla de bacalao
• Pollo a la sal
• Conejito a la brasa con aroma de alioli