Los edulcorantes pueden ayudar en el control de calorías, y, por tanto, desempeñan un papel positivo en la diabetes y el sobrepeso.
Actualmente, en la Unión Europea hay 10 edulcorantes bajos o sin calorías aprobados para uso alimentario: acesulfamo-K (E-950), aspartamo (E-951), ciclamato (E-952), sacarina (E-954), sucralosa (E-955), taumatina (E-957), neohesperidina DC (E-959), stevia (E-960), neotamo (E-961) y sal de aspartamo-acesulfamo (E-962).
Estos edulcorantes pueden utilizarse solos o en combinación. La mezcla de más de un edulcorante no plantea riesgos y permite a los fabricantes de bebidas y alimentos combinar los distintos sabores, características y ventajas de cada uno de ellos, desarrollando así productos que cumplan con las diferentes necesidades y demandas de sabor y calorías de los consumidores.
La evidencia científica constata que los edulcorantes bajos o sin calorías autorizados no plantean riesgos para la salud de los consumidores dentro de los niveles IDA (Ingesta Diaria Admisible establecidos).