Forma parte de la rutina diaria de muchas personas: un café para desayunar y/o después de comer. Ya hemos confirmado en distintas ocasiones sus beneficios para la salud. Uno más: según un estudio, aumentar el consumo de café ayuda a reducir el daño en el hígado provocado por el consumo excesivo de comida y alcohol.
Se trata de una investigación realizada en la universidad de Southampton, en Reino Unido. En ella, el equipo analizó los datos de nueve estudios que se habían publicado previamente y llegó a la conclusión de que dos tazas extra de café al día se relacionaba con un 44% menos de riesgo de sufrir cirrosis hepática.
Buenas noticias, sin duda, ya que, como comenta el autor del estudio Oliver Kennedy, “la cirrosis es potencialmente fatal y no tiene cura”. Es por eso que este hallazgo puede considerarse positivo, ya que, además se trata de “una bebida barata, ubicua y bien tolerada”.
En total, entre todos los datos consultados, contaron con 1990 pacientes con cirrosis. Se comprobó que, en comparación con un consumo de café equivalente a cero, una taza de café al día se relacionaba con un riesgo de cirrosis 22% menor. Con dos tazas, el riesgo era un 43% menor. Con tres, un 57%. Con cuatro, se tenía un 65% menos de riesgo.
La investigación deja la puerta abierta a seguir trabajando en el tema ya que quedan dudas sin resolver. Por ejemplo: sí se tenía en cuenta el consumo de alcohol, pero no todos los estudios consideraban causas de la cirrosis como la obesidad o la diabetes. Además, un estudio encontraba más relación con el café filtrado que con el café hervido.
«Por desgracia, aunque el café contiene compuestos con efectos antioxidantes y propiedades anti-inflamatorias, beber varias tazas de café al día no puede deshacer el daño sistemático que resulta de tener sobrepeso u obesidad, ser sedentario, consumo excesivo de alcohol o mitigar drásticamente una dieta poco saludable», comenta una especialista en nutrición a Reuters.
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