Así lo muestra un seguimiento realizado en Indianápolis durante 27 años con niños. Se ha observado que, si los niños tenían sobrepeso, duplicaban el riesgo de padecer hipertensión en la edad adulta. En el caso de los niños obesos, aumentaba a cuatro veces más que los niños con normopeso.
Es importante que los padres y los comedores escolares se impliquen en facilitar un modo racional de alimentar a los niños, ayudándoles a disfrutar con menús equilibrados y no recurran a la vía fácil del “es lo único que le gusta”.