Zumos y batidos verdes, sanos pero no detox


Los batidos y zumos verdes están compuestos por la combinación de frutas y vegetales de hoja verde. Forman un cóctel de vitaminas y minerales muy saludable, pero en los últimos meses estamos recibiendo un auténtico «bombardeo» de mensajes contradictorios sobre ellos. Se les adjudica desde valores de superalimento hasta propiedades desintoxicantes o la posibilidad de convertirse en sustitutivos de las comidas.

Las llamadas dietas “detox” se han propugnado periódicamente como remedio quasimágico desde hace muchos años para “depurar” nuestro organismo y, ahora, resurgen con furor.

He de decir que, si bien no es aconsejable estar una serie de días tomando exclusivamente licuados vegetales, el hecho de tomar frutas y vegetales licuados o no en algún momento del día, para aquellas personas que de otro modo no lo harían, es positivo.

Otra cosa es pretender que estos licuados tengan propiedades de eliminar tóxicos del organismo. Para eso ya están el hígado, los riñones o los macrófagos, por ejemplo y, desde luego, ningún estudio serio ha demostrado hasta la fecha que esos brebajes tengan un efecto depurador.

Si una postula que lo adecuado es comer bien todos los días y aportarle al cuerpo todos los nutrientes que necesita para estar en óptimas condiciones físicas y mentales, suena a perogrullada y obviedad, además de aburrido. Cualquier enunciado con tintes de “novedoso” tiene mucho más tirón. Digo más: hasta abogaría por sustituir una de las comidas por uno de estos licuados siempre y cuando el interesado supiera cómo suplir el resto del día con los nutrientes que no aportan.

¿Que en ocasiones o con mayor frecuencia de la que nos gustaría comemos y/o bebemos más de lo debido o de modo desequilibrado? Retomemos en cuanto podamos los buenos hábitos, pero no de manera radical siguiendo las indicaciones del o de la gurú de turno, cuya capacitación científica puede no ser la idónea. Si ha habido un exceso de alcohol, suprimámoslo o moderémoslo. Si de azúcar o de glúcidos simples, volvamos a los alimentos de origen vegetal (no necesariamente todos crudos) en abundancia. Si de proteínas de origen animal, tomemos la cantidad diaria necesaria, pero no más (un adulto con unos 200 g de carne o pescado al día tiene suficiente). Si hemos excedido las calorías, podemos hacer una dieta hipocalórica, pero siempre equilibrada. Esto sí que nos asegura tener nuestro organismo en buenas condiciones, nuestro estado de ánimo optimizado y nuestro sistema inmunológico dispuesto a enfrentarse a las agresiones.

 

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