Desde Dieta Luzón, siempre hemos defendido la conveniencia del consumo de lácteos, tanto de leche como de yogures. Estos últimos acaban de recibir un respaldo más, ya que según una investigación, las mujeres que han pasado por la menopausia, están sanas y toman un yogur al día tienen un menor índice de masa corporal (IMC), menor grasa y mejor densidad ósea.
Es más, también se ha comprobado que las mujeres que comieron yogur también tuvieron menos pérdida ósea cortical que aquellas que no lo hacen, y se trata de algo independiente a cualquier otro factor relacionado con la densidad ósea (ejercicio, ingesta total de calcio…).
«El yogur es una fuente de nutrientes, especialmente calcio y proteínas, pero también contiene productos y probióticos diarios fermentados, son potencialmente beneficiosos para la salud ósea», señala Emmanuel Biver, jefe de residentes en el Hospital Universitario de Ginebra, en asamblea anual de 2016 de la Sociedad Americana de Investigación ósea y Mineral.
E insiste: «nuestros datos sugieren que hay un posible efecto protector de los productos lácteos fermentados sobre la pérdida de hueso cortical después de la menopausia».
Para llegar a esta conclusión, se utilizaron los datos de GERICO, la cohorte de jubilados de Ginebra, un organismo compuesto de hombres y mujeres sanos. Para este estudio en concreto, se analizaron los datos de 733 mujeres post menopáusicas sanas.
Aquellas que tomaban una o más porciones de yogur al día veían cómo sus huesos se encontraban en mejor estado que las que no. Además, estaban más delgadas, independientemente de la actividad física o la ingesta total de calorías.
Tres años más tarde, en la evaluación de seguimiento, se comprobó que la pérdida de densidad ósea en la cadera era menor en los consumidores de yogur,
«El calcio y las proteínas en la dieta aumentaron en paralelo con el consumo de yogur,» señala Biver. Sin embargo, el consumo total de calorías fue similar entre las tres categorías de consumidores de yogur.
Las bacteria que se encuentran en los yogures de alta calidad son las presentes para fermentar la leche, y estas pueblan el intestino grueso, mejoran la absorción de calcio y disminuyen la inflamación.