Un estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores con sede en los Estados Unidos e Irlanda ha constatado que el aumento del consumo de comida rápida está directamente relacionado con la obesidad a lo largo del tiempo.
Los autores del estudio hallaron que, mientras que el número medio de transacciones anuales de comida rápida por habitante aumentó entre 1999 y 2008 de 26,61 a 32,76, el IMC promedio de la población aumentó de 25,8 a 26,4.
Reclaman de los gobiernos, a la vista de los datos, un mayor control del consumo de este tipo de comida para frenar la epidemia de la obesidad, lo cual contribuirá a un ahorro importante en el gasto sanitario.
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