La miel reduce el riesgo de lesiones tras la ingestión de pilas de botón

La miel puede tener un efecto hasta ahora desconocido: reduce el riesgo de sufrir las severas lesiones que se ocasionan tras la ingestión de pilas de botón, por lo que debe administrarse tan pronto como sea posible y frecuentemente tras el episodio accidental (dos cucharaditas de postre cada diez minutos), situación que se produce con relativa frecuencia en niños menores de seis años.

Hasta la fecha, se ha empleado Sucralfato (medicamento antiácido utilizado en el tratamiento de las úlceras gástricas) hasta la llegada al hospital y la remoción endoscópica de la pila.

Un estudio llevado a cabo en el Hospital de Niños de Filadelfia ha evaluado el efecto protector de la miel y del Sucralfato frente al daño corrosivo que provoca una pila de botón al entrar en contacto con el tejido esofágico. Se observó que, tanto la miel como el Sucralfato, ralentizaron la descarga de la pila de botón, neutralizaron el pH del tejido en el punto de contacto a niveles clínicamente óptimos y protegieron contra lesiones en tejidos más profundos.

Se trata de un problema que cada vez es más común y más grave, ya que se trata de baterías muy frecuentes en los pequeños dispositivos electrónicos y también porque la última generación es más pequeña y potente. Las pilas de botón en el esófago pueden ocasionar graves lesiones, como perforación esofágica, parálisis de las cuerdas vocales y erosión en las vías respiratorias o en los grandes vasos durante las 2 horas posteriores a la ingestión, por lo que, ante la sospecha de una ingestión accidental, hay que intervenir rápidamente administrando miel o Sucralfato en suspensión.

Para buscar una posible solución que mitigase el daño durante el tiempo que pasa entre la ingestión y la extracción de la pila, los científicos buscaron el efecto neutralizante del pH de diversas soluciones viscosas poco ácidas. Expusieron segmentos de esófago entre 10 y 15 minutos in vitro e in vivo y se observó que solo la miel y el Sucralfato neutralizaban el aumento del pH del tejido en el sitio en el que la batería había tocado, alcanzando un nivel clínicamente óptimo. De hecho, in vivo la miel resultó ser más eficaz. No se observaron diferencias importantes en el área de la úlcera pero sí había diferencias en la profundidad de la lesión. Los animales no tratados con miel o Sucralfato experimentaron alguna complicación grave.

En niños menores de un año, hay un ligero riesgo de botulismo tras la ingestión de miel o de alergia, tanto a la miel como al Sucralfato, lo que debe tenerse en cuenta antes de iniciar el tratamiento.

Los autores de este estudio afirman que «la frecuencia y el volumen óptimo de la dosis de miel o de Sucralfato pueden evaluarse en estudios futuros, pero la frecuencia y la dosis utilizadas en este estudio (10 ml o 2 cucharaditas cada 10 minutos) son un punto de referencia razonable”.

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