Un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Cornell University de Estados Unidos (Ellen van Kleef, Mitsuru Shimizu, y Brian Wansink), evidencia que las raciones de comida pequeñas satisfacen el hambre tanto como las abundantes.
Los investigadores establecieron dos grupos: al primero se les servía una comida a base de 100 gramos de chocolate, 200 gramos de pastel de manzana y 80 gramos de patatas fritas, equivalente a 1.370 kcalorías. El segundo grupo recibía 10, 40 y 10 gramos respectivamente de estos mismos alimentos, correspondiente a 195 kcalorías.
Los resultados de las encuestas realizadas a los participantes quince minutos después de la comida evidencian que cantidades más pequeñas de comida «son capaces de proporcionar sensaciones similares de satisfacción» con respecto a ingestas más copiosas. Además, los que comen más no sienten ninguna mejora en el apetito o una sensación de saciedad mayor.