LA ALIMENTACIÓN INFLUYE EN EL RIESGO DE ICTUS

El Ictus (accidente cerebrovascular) puede ser de dos tipos: isquémico (por falta de riego por obstrucción de un vaso sanguíneo) o hemorrágico.

Siendo el Ictus la segunda causa de muerte en el mundo, el 85% es de tipo isquémico y el 15% hemorrágico.

Pues bien, por vez primera, un estudio ha analizado la influencia de la alimentación sobre cada uno de los dos tipos de accidente cerebrovascular: isquémico y hemorrágico. Los resultados muestran que la alimentación no influye de la misma forma en ambos tipos.

Este nuevo estudio ha recopilado datos de más de 418.000 personas en nueve países europeos. El análisis se ha extraído de la cohorte EPIC (Investigación Europea Prospectiva sobre Cáncer y Nutrición), y cuyos resultados sean publicado en el European Heart Journal.

Los resultados muestran que el consumo elevado de frutas, verduras, fibra, leche, queso o yogur disminuyen el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico, no influyendo en el de tipo hemorrágico.

Para Tammy Tong, la primera firmante del artículo, de la Unidad de Epidemiología del Cáncer de la Universidad de Oxford (UK), el hallazgo más importante del trabajo es que “el mayor consumo de fibra, frutas y verduras se asocia estrechamente con menor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico, lo que respalda las pautas europeas actuales”.

En el estudio se analizó la ingesta de carne y productos cárnicos (carne roja, carne procesada y aves de corral), pescado y productos pesqueros (pescado blanco y pescado graso), productos lácteos (leche, yogurt, queso), huevos, cereales y productos de cereales, frutas y verduras (combinadas y por separado), legumbres, nueces y semillas, y fibra dietética (fibra total y cereales, así como fibra de frutas y verduras).

La importancia de la fibra

La cantidad total de fibra ingerida (frutas, verduras, cereales, legumbres, nueces y semillas) está relacionada con el potencial de riesgo de ictus isquémico.

Cada 10 g de fibra ingerida al día disminuye un 23% el riesgo

Las frutas y verduras por sí mismas también reducen un 13% el riesgo por cada 200 g consumidos al día.

Ningún alimento se relacionó un riesgo alto estadísticamente significativo de accidente cerebrovascular isquémico.

La Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Organización Mundial de la Salud recomiendan consumir al menos 400 g de frutas y verduras al día. Los cardiólogos europeos también aconsejan un consumo de 30-45 g de fibra diarios.

 

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